Nacimiento: 
1 583
Fallecimiento: 
1 641

Nombre completo Juan Martínez de Jauregui y Hurtado de la Sal. Aunque varios autores afirmaban que nació en Bergara, en la actualidad parece que es en Sevilla donde vino al mundo, ya que su partida de bautismo reza así: "*En Jueves veynte y quatro de noviembre de mil y quinientos e ochenta y tres años, baptiz‚ yo, Diego de Mercado, cura desta iglesia de la Magdalena de Sevilla, a Juan, hijo de Miguel de Jauregui y de doña Ysabel de la Sal, su legitima muger*...". No obstante, al ser de Bergara sus ascendientes por rama paterna, ya que a mediados del siglo XV se hallan afincados en su casa solariega de los Lizarralde y Jauregui y encontrándose su efigie entre las que decoran el techo de la sala capitular del Ayuntamiento de Bergara, consideramos suficiente motivación para integrarlo entre los hijos ilustres de la villa.

Se supo que tuvo diez hermanos siendo Juan el quinto de ellos y el mayor, Martín, fue Regidor de Sevilla. También existe documentación de la naturaleza bergaresa de su abuelo Martín de Jauregui.

De la primera juventud de Jauregui se ignora prácticamente todo. Tampoco se sabe con certeza en qué fecha y por qué motivo viajó a Italia, donde permaneció algún tiempo para obtener un buen aprendizaje de la teoría y técnica pictórica, y también para conocer a los grandes poetas italianos y las modernas preceptivas literarias. En 1607 Jauregui publicó la traducción de "Aminta" de Torquato Tasso, de la que dijo Cervantes que era tan perfecta, que no se sabía cuál era la traducción y cuál el original.

En 1611 tuvo que comparecer nuestro poeta ante el notario al ser denunciado ante el vicario general de Madrid por doña Mariana de Loaysa y su madre doña Aldonza de Bargas por incumplimiento de la palabra de matrimonio. Lo sorprendente es que el 27 de febrero del año siguiente el poeta se desposó con doña Mariana, y dos años más tarde, el 18 de enero de 1614, se celebró la boda religiosa.

La azarosa vida personal del poeta no lo aparta, sin embargo, de la creación literaria y, tras un paréntesis de tiempo, participará en dos justas poéticas que se celebraron en 1616. La pluma de Jauregui no se limitó a la creación poética ni tampoco a la labor crítica, sino que se recreó en los más variados, y a veces variopintos asuntos, que le distrajeron de su faceta principal como poeta. En 1618 publicó, en Sevilla, su primer libro de poemas, que salió a la luz con el neutro nombre de "Rimas". Un año después el poeta se traslada a Madrid, y participa en distintas justas poéticas:

  • En 1620 Jauregui participa en la justa poética celebrada con motivo de la beatificación de San Isidro.
  • En 1622 participó en la justa poética convocada por la Compañía de Jesús para conmemorar la canonización de su fundador y de San Francisco Javier.

Sin duda, 1624 fue el año más importante de la trayectoria poética de Juan de Jauregui, pues el protagonismo que tanto ansiaba alcanzó su punto álgido con la aparición de sus dos obras más significativas: el "Orfeo" y el "Discurso poético". Jauregui publicó en 1625, su "Apología de la verdad", para salir en defensa de fray Hortensio Félix Paravicino, quien había sido objeto de una anónima, pero durísima, censura por su famoso Panegírico en el que elogiaba al difunto Felipe III.

En 1626 recibe el cargo de caballerizo de la reina doña Isabel de Borbón y merced del hábito de Calatrava. En 1629 se publicó en Madrid un Memorial informatorio por los pintores; Jauregui que siempre había mostrado un espíritu especialmente favorable hacia el mundo de las artes y, en particular, a la pintura, colaboró en el Memorial. La figura del artista interdisciplinar, poeta-pintor, que encarnaba a la perfección la vieja aspiración renacentista del hermanamiento entre las artes, llegó a convertirse, durante la etapa barroca, en una imagen muy común, y a los nombres de Céspedes, Pacheco, Bocángel, Mohedano... tenemos que sumar el de Jauregui como un excelente paradigma de esa feliz mixtura.


Desencuentros con los escritores más famosos

El perfil de hombre polémico, que Jauregui había conseguido labrarse por sus enemistades con Góngora y Lope, se afianzó aún más hacia 1632, que, al parecer, debió ser el año en que surgió su rivalidad con Quevedo, quien atacó al sevillano con cierto desprecio en su obra "La Perinola".

Poco antes de morir, el poeta sevillano dejó preparado para la imprenta el manuscrito original de uno de sus trabajos más ambiciosos, "La Farsalia". En Jauregui podemos admirar su doble faceta de pintor fecundo y poeta de gran renombre. En el "Libro de los Retratos" del pintor Pacheco, suegro de Velázquez, figura un elogio de Jauregui ensalzando sus dotes de pintor y poeta, con lo cual están de acuerdo sus coetáneos de aquel entonces, como estos versos que en el prólogo a sus "RIMAS" le dedica Calatayud:

Tú, de estirpe gloriosa
Planta hasta las estrellas levantada
ya Píndaro, ya Apeles
o muda poesía en tus pinceles
o pintura aspirante en tus escritos
das a la edad presente...

Cervantes en el célebre prólogo a sus "Novelas ejemplares" alude a su retrato pintado "por el famoso Juan de Jauregui", aunque en la actualidad se ignora su paradero. Fue coetáneo de Góngora, Lope de Vega, Quevedo, etc. y sobre todo con los dos primeros tuvo controversias que se traducían en intercambios poéticos, pero todos le admiraron y como muestra valgan estos ejemplos: Lope de Vega en su "Laurel de Apolo" le dedica un elogio:

Si en el pincel singular destreza
si en la pluma el ingenio, si en la lira
la mano que permite solamente
cuando su propia estimación lo intente
dudosa competencia de sí mismo...

Vera y Mendoza dice del mismo: El Piromirandulano de estos tiempos don Juan de Jauregui es el honor de Sevilla, como Virgilio de Mantua, etc. La Torre Farfán elogia sus cualidades de pintor y le coloca nada menos que al lado de "los extranjeros Durero, Ticiano y Rubens y acá, dentro de casa, los Jauregui, los Velázquez, los Murillos y los Herreras". El mismo Pacheco, anteriormente citado, en su famosa obra "El arte de la pintura" tiene frases de elogio para Jauregui: pues don Iuan de Xauregui, notorio es a todos que con virtuosa emulación a grangeado aventajado lugar.

La obra pictórica de Jauregui ha desaparecido casi por completo. Se conservan los retratos de Alfonso de Carranza, las estampas que ilustran la obra de Luis del Alcázar "Vestigatio Arcani"..., un retrato de Ramírez de Prado... y poco más. En cambio de su obra poética se conserva casi todo. En la editorial Espasa-Calpe de "Clásicos Castellanos" figuran dos tomos dedicados a Juan de Jauregui que recogen sus obras "Rimas", "Orfeo" y "Aminta". En 1621 se le nombró censor oficial de libros, actividad que ejercitó hasta el final de su vida. El 1 de junio del año 1639 fue nombrado Caballero de la Orden de Calatrava.

El escritor Luis Antonio de Villena, en articulo publicado en "El País" de fecha 9 de julio de 1983, hace una apología de Juan de Jauregui, lamentando que en su IV Centenario, haya sido olvidado este gran personaje de nuestro Siglo de Oro. Dice que en reunión reciente en la que participaba Jorge Luis Borges, éste elogiaba a Jauregui y recitó de memoria uno de sus versos que empieza así: Muere el mar y es cristal su monumento...

El 11 de enero de 1641, murió en Madrid don Juan de Jauregui y, como ordenó en su testamento, con la menos pompa y ostentación que se pueda fue enterrado en la capilla de Nuestra Señora de la Buena Ventura, en el convento de San Basilio.

Nota: Las fechas de nacimiento y fallecimiento que figuran en la fotografía no son correctas.