Sabemos que el río es un ecosistema vivo formado por el cauce, la ribera y la llanura de inundación, así como por las especies acuáticas y terrestres que allí viven.

Pero a lo largo de los siglos y especialmente en la segunda mitad del siglo XX, el mundo urbano e industrial ha ido ocupando y transformando el espacio propio del río, lo cual ha provocado la llamada artificialización del río, que consiste en convertir lo natural en artificial, es decir, transformar las condiciones naturales del río y crear las condiciones que más convengan al ser humano. Esta transformación incide directamente en el régimen hidrológico del río, en su morfología y en la vegetación de ribera.

En los entornos urbanos, los ríos han sufrido cambios hidromorfológicos diversos a causa del sellado del terreno por las edificaciones y las obras hidráulicas realizadas en el propio cauce. Las canalizaciones y elementos construidos en los cauces fluviales han provocado una profunda degradación de los procesos geográficos naturales, reduciéndose sustancialmente la dinámica natural del río y su capacidad natural de restitución de comunidades biológicas.

La artificialización del cauce provoca el efecto contrario del que el río haría de forma natural, haciendo que aumente la velocidad de la corriente y que el río se desborde aguas abajo de las zonas canalizadas, se disminuya el depósito de sedimentos en el terreno y se desnaturalice el entorno. Las defensas, en una o ambas orillas, o las canalizaciones del cauce interrumpen la conexión de los ecosistemas fluviales con el ecosistema ribereño y los ecosistemas terrestres próximos.

Este proceso de artificialización del río es también evidente en el centro urbano de Bergara, donde el río Deba en la mayor parte de su recorrido se encuentra canalizado –ya sea en una de sus orillas o en ambas–.

Esta afección es aún más evidente en los casos en los que se han edificado bloques de viviendas sobre el cauce fluvial.

Tanto la Directiva Marco del Agua como la planificación hidrológica vigente tienen como objetivo y prioridad la restitución de los tramos fluviales artificializados. Pero en los ríos que discurren por tramos urbanos, en la mayoría de los casos no es viable una restitución completa, al no ser posible eliminar las canalizaciones ejecutadas. Así, en los tramos urbanos, el objetivo sería mejorar la situación del río, recuperando en lo posible sus condiciones naturales. Con dichas mejoras sería deseable que en los tramos urbanos el río pudiera llegar a obtener las siguientes características:

  • Albergar ecosistemas vivos y sanos (tanto acuáticos como ribereños)
  • Proporcionar paisaje y multiplicidad de servicios ambientales
  • Ser resiliente / capaz de adaptarse a eventos extremos (crecidas y sequías)
  • Ser parte de la infraestructura verde de la ciudad
  • No ser un lugar degradado o marginal (contaminación, olores, residuos,…)

Fuentes:

  • Guía Nueva Cultura del Agua https://www.fnca.eu/guia-nueva-cultura-del-agua/
  • Agencia Vasca del Agua (2004):
  • Uraren Euskal Agentzia (2004): Directiva Marco del Agua 2000/60/CE. Informe relativo a los artículos 5 y 6
  • Ministerio de Medio Ambiente y Univerdad Politécnica de Madrid (2007): Estrategia nacional de restauración de ríos: la urbanización y sus efectos en los ríos”.

 

 

 

Departamento: