5.704 avispas negras han sido capturadas en la campaña que se ha llevado a cabo al efecto.

En 2021 se hizo durante un mes y este año la campaña de trampeado ha durado dos meses. De todas formas, este año se ha atrapado más del doble que hace dos años.

«La campaña ha sido muy positiva en comparación con otras», opina Erlantz Olabarria, miembro de la asociación de apicultores de Gipuzkoa y la persona que ha sido la responsable de la trampeada de Bergara.

Este año se ha mantenido el mismo modelo de trabajo que el año pasado, con la colocación de 50 trampas repartidas por el municipio y el seguimiento semanal de las mismas.

Ha sido una campaña autorizada por la Diputación Foral de Gipuzkoa, promovida por el Ayuntamiento de Bergara y en colaboración con la asociación de apicultores de Gipuzkoa.

El miembro de la asociación de apicultores que ha estado realizando el trabajo explica que los de Bergara son de los mejores datos a nivel estatal. Al igual que ocurrió en la campaña anterior, ha contribuido de manera importante que el Ayuntamiento de Bergara ya tenía identificados muchos lugares, a través del trabajo realizado por la policía municipal, lo que ha permitido que el trabajo fuera más eficaz. Han trabajado en estos puntos calientes, ya que año tras año las mismas localizaciones son utilizadas por las avispas negras para ubicar los nidos.

En otros lugares se han realizado pruebas sin tener previamente identificados los focos y los resultados han sido muy diferentes, peores.

Esta es una de las formas de hacer frente al daño que causa la avispa negra. De aquí a unos meses se verá el impacto positivo en las abejas porque se ha evitado el ataque, pero teniendo en cuenta la cantidad de avispas que se han recogido, Olabarria considera que el resultado será muy satisfactorio.

Las 50 trampas se han colocado en diferentes puntos del pueblo, tanto en el casco urbano como en los barrios. Por citar algún dato, en la segunda semana de abril se capturó la mayor cantidad: 1608 avispas asiáticas. En cambio, los menos se concentraron una semana después de la colocación de las trampas: 68 ejemplares. Según Olabarria, cerca del 40% de las capturadas son reinas.

Las trampas que se han utilizado son comerciales, que no causan daños para las personas. Normalmente se colocan en los árboles. Arrojan una sustancia al recipiente que atrae a la avispa negra, pero no a la abeja (así se evita que las abejas también mueran). El líquido los atrae y luego se ahogan en él las avispas negras. El responsable realiza pequeñas adaptaciones a las trampas para evitar daños a otros insectos.
 

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