Nacimiento: 
1 915
Fallecimiento: 
2 002

Don Serafín Esnaola Bidaurreta nació en Errezil el año 1915. Se ordenó sacerdote el 2 de julio del año 1937 y, curiosamente, dio su primera misa doce días después en Bergara. Fue un hombre dedicado en cuerpo y alma a su labor pastoral, que la cumplió, además, en sus aspectos social y cultural. Pieza clave en la reestructuración del clero vasco en la clandestinidad, tras la guerra civil (1936-1939). Ejerció en Bergara durante 25 años, etapa en la que dejó bien marcada su huella en todo el pueblo.

Don Serafín Esnaola Bidaurreta recaló en Bergara en la mañana del 7 de junio de 1964 en calidad de "desterrado" de la localidad de Trintxerpe y como último coadjutor de Bergara. Llegó acompañado y "escoltado" por varios autobuses y vehículos particulares de vecinos y feligreses hasta unos días antes, que atestiguaban y avalaban el buen hacer de este hombre.

Al "último coadjutor" le correspondía, al parecer, trabajar en la modesta ermita del Barrio de San Antonio. Desde el día de su llegada, Don Serafín se convirtió en un sanantoniotarra más, que ejerció en adelante como sacerdote y dinamizador socio-cultural, no solo en el barrio, sino en todo Bergara.

Impulsor del euskara y la cultura vasca

  • A lo largo de los 25 años que permaneció al frente de la modesta capilla de San Antonio, Don Serafín fue el impulsor del euskera en Bergara y de la creación de la primera Ikastola que se ubicó en el segundo piso de la casa parroquial de la Calle Komenio (de su mano y en colaboración de gentes como Josu Oregi, Txomin Amasorrain, Pilare Mujika, etc.).
  • Creador y fundador de la sección de "Gaztetxos" del Grupo Montañero Pol-Pol (que desarrolló gran actividad y aún lo hace).
  • Activo miembro fundador de la Sociedad Recreativo Cultural "Gure Ametsa". Pero Don Serafín fue, además de excelente sacerdote, amigo de todos.

Se distinguió, en otro orden de cosas, como uno de los sacerdotes claves en la reestructuración del clero vasco. Escribió el libro "El Clero vasco en la clandestinidad", y de su siempre recordado "destierro" de Trintxerpe, publicó el libro "El cierre de una Iglesia".

La Fundación Sabino Arana le concedió, el año 1999, el Premio en el apartado "Trayectoria de toda una vida". Con este galardón, la Fundación reconocía "su importantísima contribución a la comunidad cristiana y a los derechos de los ciudadanos, sobre todo en la época franquista. Su labor como impulsor de fructíferas iniciativas sociales y culturales, eclesiásticas y no eclesiásticas, pero siempre movidas por el espíritu religioso, fueron ejemplo a seguir y favorecieron la realización de actividades solidarias y la reestructuración del clero vasco" (Aita Mauro Elizondo, Aita Joxemiel Barandiaran y Agustín Zubikarai, entre otros, han recibido el mismo galardón).

Pero Don Serafín fue, fundamentalmente, como decimos, amigo de todos. Dejó Bergara al llegar su jubilación y pasó a vivir con sus hermanas en Donostia. Pero el pueblo de Bergara no olvidó a tan carismática persona. Tras varios homenajes organizados por los "sanantoniotarras", por el Grupo Montañero Pol-Pol, etc., hacia su persona, el 15 de septiembre del año 2002 fue nombrado y distinguido como Cofrade de Honor de la Cofradía del Relleno y Tostón de Bergara.

Falleció en Donostia, tras una enfermedad, el 3 de Noviembre del año 2002. Dos autobuses y numerosos coches particulares, así como la "colonia" bergaresa en Donostia, asistieron al funeral.

Autobuses con gentes de Trintxerpe le acompañaron hasta Bergara y autobuses llenos de bergareses le dieron su último adiós en Donostia.

El Ayuntamiento Pleno de Bergara, en la sesión celebrada el 31/03/2003 le nombra "hijo adoptivo"; al mismo tiempo acuerda que, en la nueva urbanización que se desarrollará en el barrio de San Antonio (Algodonera), se le dedique una plaza o calle con su nombre.