A media distancia de la carretera de bifurcación que arranca en Altos Hornos y termina en Angiozar, nos encontramos con el barrio de Aldaiegia, conocido también como San Cristóbal, donde se halla la ermita del mismo nombre, con caseríos anejos que se extienden en las dos márgenes. Pertenecen como feligreses a la parroquia de San Pedro.

La ermita es un edificio del s. XVI, con planta de Salón de una sola nave. El coro ocupa la mitad de la iglesia. El exterior es rectangular con tejado a dos aguas. En el altar central figura la imagen de San Cristóbal, de grandes proporciones; tiene unos cien años según testimonio de vecinos veteranos que saben, por boca de sus padres, que se trajo a Bergara el tronco que sirvió para esculpir la imagen del Santo.

Se conservaron hasta hace poco tiempo, costumbres que se inscribían entre las tradiciones más peculiares del País vasco:

  • Asistir a las conducciones mortuorias, todos los representantes de los caseríos que integran el barrio de Aldaiegia y la de suspender la marcha de la comitiva, en las encrucijadas de los caminos, para rezar un Padre Nuestro por el alma del fallecido.
  • Participar en la comitiva que el día de San Cristóbal se organizaba en las proximidades del caserío Beretzibarrerdikoa con dos filas de hombres por delante y los txistularis, el grupo de mujeres y el Sacerdote que entonaba la Letanía, por detrás, para dirigirse a la ermita entre los estampidos de cohetes.

La ermita es muy popular por las fiestas tradicionales y por la gente que acudió durante siglos para conseguir la curación de los oídos, etc. También suben los taxistas y los que compran coche nuevo a ser bendecidos por el Santo.

Cerca de la ermita hay una serie de caseríos de interés arquitectónico, como: el caserío Eduegi, en el que se lee una inscripción "Armas de esta Cassa Solar de Eduegui y es de Binculo y Maiorazgo"; el caserío Amuskibar del s. XVIII; Gaztelugoikoa, Askarruntz, etc.