La RESIDENCIA DE MAYORES MIZPIRUALDE se encuentra ubicada en el casco histórico del municipio.
En 1982 afrontó una nueva e importante transformación, a raíz de la cual se conformó en 1987 como Fundación Pública, pasando a ser organismo autónomo del Ayuntamiento de Bergara. Es de carácter mixto y cuenta con 108 plazas (18 habitaciones individuales y 45 dobles). De ellas, 103 están destinadas, bajo convenio con el Departamento de Política Social de la Diputación Foral de Gipuzkoa, a la atención de personas con dependencia moderada, severa o gran dependencia, quedando las 5 plazas restantes para la atención de personas autónomas de Bergara, Antzuola y Elgeta.
Misión del centro
La misión de la residencia consiste, en los ámbitos de actuación convenidos, en responder a la prestación eficaz de la atención que precisan aquellas personas que por edad, incapacidad, situación familiar u otros muchos motivos no pueden seguir viviendo en sus hogares, utilizando para ello de modo eficiente todos los recursos técnicos, económicos y humanos, y teniendo en cuenta lo siguiente:
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Que la razón de ser del centro es la persona residente, con el compromiso de su atención integral.
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Que las y los profesionales deben cuidarse en su integridad, en todo cuanto favorezca su crecimiento profesional y personal, impulsando la mejora continua en una práctica de liderazgo participativo.
Visión del centro
La residencia de mayores Mizpirualde de Bergara aspira a ser:
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Un centro de referencia en Gipuzkoa por la calidad de los servicios prestados y su sistema de gestión. Un centro abierto, integrado y considerado dentro de su entorno social y profesional. Una institución que apuesta por el aprendizaje y la mejora continua.
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Un centro bien dotado, en el que las personas trabajadoras, las residentes y sus familias se encuentran satisfechas, en el que se ofrece un entorno de respeto y bienestar, en el que se impulsa la cooperación interdisciplinaria.
Un centro socialmente comprometido, sensible ante los problemas globales de la sociedad.
Valores
Se trabaja en equipo para ofrecer a las personas residentes un servicio global desde el punto de vista asistencial, sanitario y psicosocial, así como una atención integral e individual (desde un punto de vista multidisciplinar). Respecto al personal profesional, se ofrecen multitud de cursos, incluidos los solicitados por el mismo personal, que pueden favorecer su crecimiento, impulsando la mejora continua, agradeciendo sus tareas y ayudándoles a nivel personal.